martes, 10 de diciembre de 2013

Sintomatologia del Sindrome de Dawn

Sintomatologìa

 
 
 
· Apariencia física.
 
El síndrome de Down conlleva a problemas cerebrales, del desarrollo físico, fisiológico y de salud del individuo. Los individuos afectados por el síndrome de Down suelen tener una apariencia física muy particular y específica, estas características suelen ser, que:
La cabeza es más pequeña de lo normal, sus partes fronteras pueden ser relativamente grandes y cerrarse más tarde que en el niño normal. El cuello es típicamente corto y le sobra piel bajando el cabello por la parte del cuello.
La nariz es pequeña y ancha, con la parte superior plana y los huesos poco desarrollados.
Los ojos son rasgados con una pequeña capa de piel en los ángulos inferiores, tienen manchas en la parte exterior del iris ligeramente coloreadas (manchas llamadas de Bruschfield) y el lagrimal está escasamente desarrollado, tienen movimientos incontrolados en los ojos y además suelen tener miopía o astigmatismo.
Las orejas son pequeñas igual que los lóbulos auriculares, mal formadas y poco implantadas.
La boca es relativamente pequeña y la suele tener abierta debido a la hipotonía de los músculos de la mandíbula, además suelen tener malformaciones en el paladar y no les coinciden las arcadas mandibulares al cerrar. Lengua muy gruesa de tamaño normal, pero la pequeñez de la boca combinada con el débil tono muscular puede hacer que la lengua salga ligeramente de la boca. Los dientes son pequeños y a veces formados e implementados anormalmente, en ocasiones pueden faltar algunos.
Las manos son pequeñas y anchas, con los dedos cortos, a menudo la mano solo presenta un pliegue palmario en lugar de dos, el dedo meñique pueden ser un poco más corto de lo normal y tener solo dos segmentos en lugar de tres.
Los pies son cortos y anchos, pueden llegar a presentar una ligera distancia entre el primero y el segundo dedo del pie con un surco entre ellos en la planta del pie.
La piel aparece ligeramente amoratada, seca (tiende a ser relativamente seca a medida que el niño crece) y áspera, irritándose con facilidad, uñas frágiles y pelo fino, relativamente lacios.
Estos sujetos son bajos, con una altura inferior a la media y cierta tendencia a la obesidad ligera o moderada, sobre todo a partir del final de la infancia.
Si se valora los hitos de desarrollo, los niños con síndrome de Down presentan considerables retrasos en todas las áreas. La pauta característica cosiste en la aparición de retrasos a comienzos del primer año de vida y una progresiva disminución de la velocidad de desarrollo durante la etapa posterior a la primera infancia y la edad preescolar.
Ø Cognitivo.
Los niños con síndrome de Down, de acuerdo con estudios realizados sobre el desarrollo evolutivo, presentan un crecimiento mental rápido durante sus primeros 15 años de vida, aunque posteriormente entre los 35 y 40 años su aprendizaje es lento, y es a partir de los 40 donde empieza su deterioro, es decir, conforme va envejeciendo, no se pierden las adquisiciones que se poseen, sino la adquisición de nuevos mensajes resulta difícil.
Percepción.
Los niños con síndrome Down presentan mayores déficits en ciertos aspectos:
- Capacidad de discriminación visual y auditiva (principalmente respecto a intensidades luminosas).
- Reconocimiento táctil en general y de objetos en tres dimensiones.
- Copias y reproducción de figuras geométricas.
- Rapidez perceptiva (tareas de tiempo de reacción).
Atención.
Furby dice que la actuación en estos individuos es “mediocre” en los aprendizajes discriminativos debido a que:
- Requieren más tiempo para crear el hábito de dirigir la atención al aspecto concreto que se pretende y tienen mayor dificultad en movilizar su atención de un aspecto a otro del estímulo, por lo cual se hace precisa una fuerte motivación para mantener su interés.
- Tienen dificultad en inhibir o retener su respuesta hasta después de haberse tomado el tiempo en examinar con detalle los aspectos más útiles y/o los componentes más abstractos de los estímulos, a ello se debe la menor calidad de sus respuestas y su mayor frecuencia de error.
Memoria.
Investigaciones demuestran que las huellas mnésicas (recuerdo) persisten menos tiempo en los circuitos nerviosos de la memoria a corto plazo en los sujetos retrasados moderados y severos que en los normales; es por ello que los problemas en el aprendizaje y memorización se deben a dificultades en la categorización conceptual y en la codificación simbólica.
Brown confirma que la memoria de reconocimiento elemental en tareas sencillas es buena, pero cuando se requiere una intervención activa y espontanea de organización del material a memorizar, en los niños con trisomía es afectado el recuerdo verbal interior del nombre de los objetos o acontecimientos a retener, lo cual provoca la eliminación organizada y voluntaria de elementos no pertinentes; además, el niño trisómico tiene que aprender tareas, pero no dispone de un mecanismo de estructuras mentales para su asimilación, se mueve en un principio por imágenes (lo concreto) y no por conceptos (lo abstracto).
De acuerdo a lo anterior podemos decir que en los niños trisómicas la memoria a corto plazo es deficiente, no retienen las palabras que escuchan, por lo que no las pueden aprender, aunque la memoria largo plazo la tienen bastante desarrollada lo cual les ayuda en sus aprendizajes..
Ø Lingüístico.
La evolución del individuo, su integración y autonomía personal y social, dependen en gran medida de la adquisición y la evolución del lenguaje. El desarrollo del lenguaje en los niños con síndrome Down sufre un retraso considerable respecto a otras áreas del desarrollo, produciéndose un desajuste entre los niveles comprensivo y expresivo.
En los aspectos morfológicos y sintácticos del lenguaje, estos niños tienen un nivel muy bajo, dadas por sus dificultades de audición y memoria a corto plazo (no retienen las palabras que oyen), no pueden aprender las reglas gramaticales y por lo tanto su a aprendizaje de la lengua y el habla se hace más lento.
En la comprensión, la evolución de un niño con síndrome Down es paralela a la de un niño normal, aunque retardada en relación al tiempo y obstaculizada por los déficits que presentan en aspectos particulares de la organización del comportamiento; en este sentido, cabe destacar, la menor reactividad que demuestran en las interacciones en las primeras etapas de vida, la menor referencia hacia el compañero social o el objeto referido verbalmente (lo cual dificultad los mecanismos de asociación, conocimiento del objeto y vocabulario). Sin embargo, cabe recordar las dificultades que el niño con síndrome Down presenta para todo lo que requiera una operación mental de abstracción, así como para toda operación de síntesis, que se concreta en la organización del pensamiento, de la frase, en la adquisición de vocabulario y la estructuración morfosintáctica; es decir su retraso es debido a que no engloban ni retienen el objeto con la palabra que lo simboliza, por ello sus primeras palabras aparecen alrededor de los dos años.
La evolución del lenguaje en la persona con síndrome de Down, es la lentitud en el progreso que se manifiesta desde la etapa prelingüística en la que los juegos vocálicos y balbuceos del bebé con síndrome de Down aparecen más tarde que en otros bebés, con algunas matices diferentes. Las primeras palabras con significado empiezan a emplearlas a una edad promedio de tres años, mientras que el uso de frases suele iniciarse alrededor de los cuatro años. La ampliación en la longitud de los enunciados lo logra lentamente durante la segunda infancia y comienzo de la adolescencia, empleando frases de seis a ó siete elementos. El uso pragmático del lenguaje es muy adecuado en las siguientes etapas, siendo el niño capaz de transmitir sus sentimientos y deseos de un modo comprensible. La dificultad en las normas morfo-sintácticas, se expresa en frases cortas, evitando el uso de tiempos verbales complejos y las frases subordinadas. La baja inteligibilidad del habla es otra de las características propias del lenguaje de las personas con síndrome de Down, aunque por lo general se hacen entender por su interlocutor.
El nivel expresivo en el niño con síndrome de Down se ve afectado por los siguientes factores:
- Dificultades respiratorias, por la frecuente falta de potencia y capacidad para mantener y prolongar la respiración.
- Trastornos fonatorios que implican alteraciones en el timbre de la voz, apareciendo está muy grave, de timbre monótono, a veces gutural.
- Trastornos de audición; pérdida auditiva que varían de ligeras as moderadas, por lo cual, la capacidad auditiva es inferior a la normal.
- Trastornos articulatorios producidos por malformaciones de paladar, inadecuada implantación dentaria, inmadurez motriz, etc.
- Falta de relación lógica de la narración, dando a veces impresión de incoherencia.
- Dificultades en establecer relaciones de síntesis entre una situación nueva y experiencias anteriores, debido a su particular razonamiento.
- Inadecuada construcción gramatical.

Ø Psicomotor.
La psicomotricidad cosiste en una sensibilización, en una estimulación complementaria que permite el progreso en cuanto al desarrollo motor y, a la vez, organizar más fácilmente la personalidad del niño, todo ello mediante técnicas y terapias corporales.
Este desarrollo psicomotor debe tomar en cuenta los procesos que van desde movimientos reflejos innatos hasta la adaptación del individuo al medio, pues solo cuando se han logrado superar estas etapas iniciales de desarrollo se pueden abordar con éxito las demás, de esta forma se parte para una enseñanza globalizada con lo demás.
La hipotonía muscular en los niños con síndrome de Down es un bajo tono vital, lo cual, afecta más a la extremidades inferiores que a las superiores (mejora con la edad), ello dificultad su lentitud característica al andar, vestirse, coger las cosa etc., no revelan ningún retardo psicomotriz grave, pero si un deterioro de estas habilidades, por lo cual es necesario enseñarle para que lo aprenda.
El problema especifico del desarrollo psicomotor de los niños trisómicas depende directamente del descenso del tono muscular, lo cual les causa , movimientos lentos, reflejos débiles (desde el nacimiento), equilibrio pobre, el retraso en adquirir la sedestación y la marcha ( entre los dos y cinco años) ; además de estas dificultades se añaden fallos sensoriales y perceptivos (tanto visuales como auditivos y/o táctiles), todo ello repercute en el conocimiento del espacio, desencadenando ciertas alteraciones de coordinación, organización practica, torpeza, alteraciones en el control postural y equilibrio pobre.
En la educación psicomotriz se debe tener por objetivo, mejorar las posibilidades instrumentales (control motor, equilibrio, coordinación de los movimientos, relación espacios-temporales.) y mejorar las posibilidades de adaptación del niño y su relación con los demás mediante un lenguaje corporal. De igual modo, el desarrollo psicomotriz tiene una gran relación con los aprendizajes escolares, sobre todo con aquellos relacionados con la adquisición de las técnicas instrumentales: lectoescritura y calculo.
Ø Socio-afectivo.
 
No existe una personalidad única ni estereotipada del niño con síndrome de Down; cada uno tiene su propia manera de ser, de pensar de hablar…, por lo que imprescindible conocerle y respetarle tal como es. Sin embargo estos niños presentan rasgos comunes, entre ellos encontramos, que son dependientes, menos persistentes, mas sociables y que evitan cualquier situación que les pueda parecer complicada, siendo el medio ambiente un factor determinante que ayuda a cambiar el temperamento del Down, en el se sitúan dos factores los positivos y los obstaculizadores.
Entre los factores positivos solemos encontrar, el gusto por el juego, la competición, la tenacidad, la imaginación y deseos de agradar y aprender, factores aprovechables a tener en cuenta para trabajar más eficazmente con ellos.
Como factores obstaculizadores en su desarrollo-aprendizaje se podrían citar, la fatigabilidad, la apatía, la labialidad d la atención y en ocasiones cierta cabezonería.
El establecimiento de un clima familiar y afectivo adecuado tendrá repercusiones positivas en el desarrollo del niño, evitar sobreprotecciones, ansiedades, rechazos y una implicación activa de los padres en la educación del niño, mejorara las condiciones en las que el niño se desarrolla.
 

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